lunes, 24 de septiembre de 2007

LAS TARJETAS DE FIDELIZACIÓN

La fidelidad no es ahora un asunto exclusivo de las relaciones de pareja. También ha pasado a formar parte importante de las estrategias de negocios. De ahí que los más reconocidos establecimientos comerciales, incluidos los bancos, cuenten hoy con novedosos sistemas que les permiten mantener la lealtad de sus clientes.
La tarjeta de fidelización o fidelidad son programas, identificados como tarjetas físicas o no, que ofrecen bonificaciones (descuentos, premios etc.) a su usuario al consumir un producto de una empresa en concreto.
Las tarjetas electrónicas que emiten determinados fabricantes, cadenas de distribución o empresas de servicios y que entregan gratuitamente a sus clientes. Estas permiten a los usuarios la acumulación de puntos en función de los consumos realizados en los establecimientos del emisor, los que luego pueden ser canjeados por productos, tours, etc. Cada tarjeta, sin embargo, tiene sus propias características y ventajas. La evolución de este sistema en el país ha sido relativamente rápida. La competencia en sectores masivos, como los supermercados o tiendas por departamentos, agilizó el crecimiento del esquema de fidelización.
Para divulgar dichas tarjetas, las empresas editan folletos o catálogos que reparten a los usuarios informando de los regalos que pueden obtener en función de los puntos a canjear. Evidentemente, éstos son de mayor envergadura cuanto mayor es la cuantía obtenida.
Se llaman tarjetas de fidelización porque lo que busca el empresario es que el cliente, atraído por la obtención de un beneficio futuro, consuma con mayor frecuencia sus productos y servicios que ofrece.
Actualmente, las tarjetas de fidelización son emitidas por Saga Falabella, Ripley, Plaza Vea, entre otras.
Un beneficio añadido para el emisor de la tarjeta (si bien no expresado) es la posibilidad de conocer hábitos de consumo de sus clientes y, en consecuencia, orientar la política comercial y de marketing de la compañía. Para obtener la tarjeta, es necesario rellenar un impreso con los datos del usuario. Al realizar compras y cargarlas en la tarjeta, se pueden casar los datos del comprador con los productos o servicios adquiridos. De este modo, por medio de minería de datos o meros procesos estadísticos es posible analizar el comportamiento de los diferentes segmentos de clientes (por edad, sexo, lugar de residencia, etc.)